Ubicación geográfica
Habitaron el suroeste de Brasil, noreste de Argentina, Paraguay, parte de Bolivia y parte de Uruguay.
Vestimenta
Los hombres, generalmente, estaban desnudos o apenas se tapaban con un pequeño chiripá o taparrabos de tela, que envolvía la cintura y se desprendía hacia las rodillas. En el invierno se colocaban sobre los hombros una capa corta hecha con pieles de animales.
La mujeres usaban una prenda mínima de corte triangular realizada con plumas de ave denominada "tanga". Al llegar los españoles cambiaron la tanga por el tipoy, túnica sin mangas, hecha de algodón, que cubría el cuerpo desde los hombros hasta las rodillas . Se adornaban con plumas, pinturas y tatuajes, collares de semillas, huesos, objetos de forma y materiales diversos, no usaban calzado.
Desarrollo tecnológico
Se dedicaban especialmente a la horticultura. En la huerta cultivaban legumbres, verduras y frutas, por ejemplo: la mandioca, el maíz, la batata, el zapallo, el maní, el poroto, etc.
Practicaban el cultivo en terrenos de poca extensión , pues la selva tropical se lo tragaba todo. Utilizaban una técnica para sembrar, conocida como "milpa", que consistía en: desmonte, quema de maleza y siembra, todo en un terreno delimitado. Tras la extensión de fuego, la ceniza acumulada era desparramada por toda la superficie para que actuase de abono.
Los varones realizaban el corte de la maleza y quemazón; las mujeres, sembraban y cosechaban. Este método agrícola agotaba el suelo, por lo que debían pasar a otro terreno y luego a otro.
Gran parte de sus actividades estaban ligadas a los cursos de agua. Fueron hábiles navegantes y constructores de canoas, que hacían con grandes troncos ahuecados. También fabricaban balsas con cañas que movían con larguísimos palos.
Arquitectura
Sus casas estaban construidas con troncos, paredes revocadas con barro y techo a dos aguas con ramas, pasto y hojas de palmera de aproximadamente 50 metros de longitud.
Algunas de las 11 misiones jesuíticas guaraníes conforman el Circuito Internacional de las Misiones, declarados Patrimonio de la Humanidad.
Algunas de las 11 misiones jesuíticas guaraníes conforman el Circuito Internacional de las Misiones, declarados Patrimonio de la Humanidad.
Forma de escritura
Los Guaraníes no conocieron la escritura, solo tuvieron arte oral. Cuando fue avanzando este pueblo en 1867, el mariscal Francisco Solano López, presidente de Paraguay, creó un Convenio de Escritura para regularlo, pero su esfuerzo no dio resultados.
La escritura fue regulada finalmente en el modelo actual en 1950, en el Congreso de la Lengua Guaraní realizado en Montevideo, por iniciativa de Reinaldo Decoud Larrosa. El sistema elegido tuvo influencia de la notación del Alfabeto Fonético Internacional, y ahora se usa en todo el Paraguay.
Producción literaria
La actitud del guaraní ante la vida ha producido una rica literatura. Sus géneros literarios van desde los textos míticos de los mbyás, una de las tribus guaraníticas más rebeldes, hasta las canciones religiosas secretas y las del lenguaje corriente.
Los guaraníes creían que Ñande Ru, el Creador del mundo, había surgido en medio de las tinieblas originales, para luego crear el lenguaje humano, la Tierra y, en el centro de ella, engendrar al mayor de los hermanos, Pa'í Reté Kuaray (el señor del cuerpo como el Sol) padre de la raza.
Pa'í enseñó a los hombres las danzas y su hermano los cantos religiosos, la agricultura y el código ético. El primero, también, destruyó a los seres maléficos y creó las abejas productoras de miel para deleite de los hombres.
Con un lenguaje oscuro y sagrado los antiguos guaraníes hablan así del Creador:
LAS LLAMAS Y LA NEBLINA DEL PODER CREADOR
Kuaa-ra-ra es una de las palabras sagradas que no son pronunciadas por los mbyás frente a los extraños. Su significado literal es "poder creador de la sabiduría". Junto con las palabras tataendy y tatachina, que quieren decir, respectivamente, "llamas" o "manifestación visible de la divinidad" y "tenue neblina" o " neblina vivificante que infunde vitalidad a todos los seres", se integra uno de los conceptos más elevados de la religión guaraní; pero a tal punto incomprensible en su cabal significado que es uno de los misterios que los dioses sólo revelarán a los hombres verdaderamente fervorosos.
En virtud de su condición divina dicen [los dioses]:
"Las llamas y la neblina del poder creador".
Fue el primer Ñamandú quien hizo que se engendrase
aquello que se convertía en esta cosa [Kuaa-ra-ra] como parte
de su ser.
En la morada terrenal,
ni en los mejores entre los que llevan la insignia de la
masculinidad,
ni las mejores que llevan el emblema de la feminidad
las llegarán a conocer;
ello es cosa inasequible.
De esta cosa, sin embargo,
a los que se dedican a orar con verdadero fervor,
les divulgarán [los dioses] por qué es que dicen
"las llamas y la neblina del poder creador".
Fue en virtud de ello que nuestro Padre
asentó en el mismísimo centro de su corazón
el origen de la excelsa palabra
que originalmente engendró
[a la que originalmente puso fundamente].
A esta cosa llaman
"las llamas y la neblina del poder creador".
En virtud de ella,
en virtud de haberla puesto en pie simultáneamente
con la fuente de la luz de su corazón y el Sol,
para que en toda la extensión de la tierra y del firmamento
no hubiera absolutamente nada que escapase a su vista,
y en virtud de su decir [Verbo]
"las llamas y la neblina del poder creador, el Sol de la Divinidad"
la llamó el verdadero Padre Ñamandú, el Primero.